Tengo una hoja en blanco

Tengo una hoja en blanco y no sé como llenarla de palabras, letras u oraciones interesantes. Me he pasado poco más de una hora pensando, meditando, escribiendo y borrando sobre la misma línea, aún no me decido sobre que escribir. Podría hablar de música, pero ya lo he hecho muchas veces, podría hablar de mis sueños, pero son demasiado surrealistas para ser fácilmente entendidos, podría hablar del amor, de la paz, de la comida mexicana, de un bello atardecer, podría hablar de mí, podría hablar de todos; pero creo que ya se ha hablado bastante sobre eso. Quiero hablar sobre algo relevante, sin ser algo muy noticioso, quiero hablar sobre algún tema para jóvenes, pero no se ocurre un buen tema. Pudiera hablar de mi carrera, de mi universidad, de mis hermanos, de mi novio, de las cosas que me gustan hacer, pero creo que eso es ahora un tanto personal. Quiero hablar de un tema que le interese a los chavos y a toda la gente, un tema del que no se haya hablado antes. Si, ese podría ser, ese tópico del que nadie haya hablado aún, ni una letra, ni una palabra, ni una oración. Espero ese tema me llegue un día a la cabeza, cuando lo tenga espero llenar esta hoja, o dos, o tres, o muchas más, tener ese tema sería lo mejor, pero ¿de qué no se ha hablado hasta ahora? De la divinidad, de la fé, de Internet, de filosofías, sí tal vez invente una religión, una teoría psicológica, todo con tal de llenar una hoja, una hoja que parece interminable, sé que lo más difícil será empezar, llevo líneas y líneas borradas. No tengo por qué temerle a esta hoja, es solo eso, una simple hoja, pero como pequeña escritora o redactora es mi mayor reto, ya quiero terminar, creo que tomaré un poco más de café después de eso leeré unos capítulos de aquel libro que dejé el otro día, luego dormiré y tal vez en mi sueños podré terminar de llenar con palabras esta hoja, no quiero seguir pensando en mi artículo, teniendo otra hoja en blanco debajo de esta.